¿De quién?
Todo comenzó algún tiempo atrás en la isla del sol. No, mentira,. Tampoco en Hebraica Pilar.
Fue aquí nomás, en mi notebook. Resulta que yo sigo varios blogs de maquillaje (todos mejores que éste, aclaremos) y en uno de ellos, una adorable vegana de nombre Grey convocó a sus lectoras a hacer un swaping. No, no piensen mal, se trata simplemente de un intercambio de productos. La idea es enviar maquillaje de marcas locales y recibir productos de otros países. Un viaje exploratorio sin moverse de la casa (salvo para ir al correo, claro). Hay reglas y requisitos, pero la idea general es ésa.
Audaz como yo solita, decidí participar. Ya anotada, me hice esta incómoda pregunta: ¿y qué cuernos sé yo de marcas nacionales?
Como La Serenísima no hace maquillaje, el mundo del makeup local está un poco en las sombras, al menos de este lado del país. Entonces esta niña (?) se fue de excursión al mágico mundo de los proveedores de productos varios de belleza, por fuera de las perfumerías convencionales. Una de las marcas que encontré es Evergreen.
La primera sombra que me llamó la atención NO fue ésta, pero al final la número 13 robó mi corazoncito veraniego. Un amarillo mostaza con algo de brillo. Me lo imaginé con un delineado negro tipo cat eye y fue suficiente para ceder. La textura es sorprendentemente buena. No es polvosa y entiende de entrada que su lugar es el párpado y no la ojera. Se esfuma bien y, siempre sobre primer, dura lo que una salida a comer y a tomar algo. O sea, lo suficiente. Y encima en condiciones de humedad y temperatura un tanto elevadas. Punto por eso para Evergreen. Si tiene o no vitamina E, colágeno y silicona, vayuno a saber.
Resumiendo: buena sorpresa entre ruleros y shampúes de dos litros. Si te la cruzás, probala.